miércoles, 23 de junio de 2010

"even a broken clock is right twice a day"




“Una de las narrativas más interesantes de hoy se da en series de tele como Los Soprano, porque adoptan muchos de los tempos largos de la novelas, con lo que adquieren su intensidad”.
Francisco Casavella


Sobre la serie de televisión creada por David Chase en 1999 y finalizada en 2007 han corrido ríos de tinta: críticos de cine, novelistas, anónimos fanáticos de la serie y reputados académicos del lenguaje y la comunicación no han dejado de opinar.

La cita de Francisco Casavella se encuadra en la larga lista de autores reconocidos, desde Rodrigo Fresán a David Foster Wallace, que creen que las mentes más privilegiadas para contar historias residen en las nuevas series americanas (The Wire, Six feet under, Carnivàle, Lost, etcétera). Unas series que tienen un antecedente en la controvertida y novedosa Twin Peaks, en cuanto a la forma de tratar un producto televisivo, y a partir de la cual han sabido labrarse un camino propio y seguro; un tipo de fiabilidad que pocas veces hemos percibido tan nítidamente al escuchar dos palabras: “Los Soprano”.

“Los Soprano” funciona como la gran película de cine negro reconvertida en serie. Tony Soprano, protagonista y cuerpo celeste alrededor del que van girando satélites con pretensiones autónomas y por consiguiente frustradas, se erige en la imagen renovada del “mafioso”. Tony Soprano no copia ni a Tony Montana (Scarface) ni a ningún otro, Tony Soprano revisa la historia del cine (la representatividad mitificada y a la vez real de su propia vida) y construye desde esa revisión la figura de un hombre en un determinado contexto político social que pese a que pueda parecer rígido e inviolable, deja espacio a las dudas que cualquier ser humano, de la mafia o de la administración del estado, pueda tener.

Al mismo tiempo que sin Tony no existiría “Los Soprano”, sin la realidad contemporánea y la historia audiovisual, tampoco. “Los Soprano” recoge de modo ejemplar el mundo de la memoria colectiva televisiva sin que nos preguntemos el nombre del director, el nombre del actor que encarna al sobrino de Tony, los Emmy que ha conseguido o el currículum del director de fotografía: Nos Da Igual. Nos importan los diálogos, la excelencia de la música seleccionada, las vicisitudes que se plantean y nos planteamos…Realmente tampoco nos importa nada de eso, lo único que nos importa es la historia como conjunto. Nos han ganado, nos tienen en sus manos. Vivimos una historia tan aparentemente lejana como es la de un mobster, como propia. Formamos parte de ella. Seguimos formando parte de ella entre temporada y temporada, esperándola, y seguiremos formando parte de la historia de “Los Soprano” porque la hemos asimilado, y en cualquier caso, siempre la podremos rememorar en Dvd o en el formato de turno por venir. Una historia emblemática que representa a esta sociedad a través del relato audiovisual. Lo audiovisual, ¿acaso hay algo más presente en nuestra vidas?

No hay comentarios:

Publicar un comentario