domingo, 20 de junio de 2010

In the land of the free...


El año que el famoso documental de Michael Moore Bowling for Columbine fue premiado con la la estatuilla yo contaba con 17 años de edad. Unos años antes del estreno del premiado documental el mundo se echaba las manos a la cabeza ante la horripilante masacre del Instituto de Columbine: dos chavales, mas o menos de mi misma edad, decidieron acabar con todos sus compañeros de clase, entraron armados hasta los dientes, disparando y haciendo explotar artefactos que previamente habían colocado por todo el edificio. Un plan perfectamente elaborado, digno de cualquier militar experimentado.

Las reacciones no se hicieron esperar y el pánico invadió las reuniones del APA. Buscaron culpables en la música, lo libros y las películas que acumulaban los dos jóvenes, en su pasión por la armas, en las influencias externas y nocivas que recibían día a día. Nuestros padres fueron víctimas de este pánico colectivo que tantas veces se apodera de la sociedad (no olvidemos que vivimos en la nueva sociedad del riesgo) y que le impide pensar con claridad. Nadie en aquel momento fue capaz de darse cuenta de quién era el auténtico culpable, más alla de Marilyn Manson o las peliculas gore: la Sociedad, una Sociedad creada sobre unas metas dificilmente alcanzables, que rechaza a todo aquel que no encaja en sus canones de perfección, que no es capaz de aceptar a chavales como estos de Columbine, que un día deciden ir de caza al edificio en el que, durante años, han sufrido las continuas vejaciones de sus compañeros, el vacio y la burla, la intolerancia, el desprecio que ha ido alimentando poco a poco su ira, hasta ese fatídico día, en el que deciden cazar, matar, asesinar a sus compañeros, vengarse de todos los que rieron a su costa o a los que simplemente no se percataban de su existencia.

Tres años más tarde Michael Moore nos cuenta todo esto y mucho más en su controvertido documental Bowling for Columbine. Todos vimos el documental, todos dejamos de pensar "Menudos bestias estos tios" y comenzamos a ver la cosa de otra manera. El documental mostraba la otra cara, la que convertía a los asesinos en víctimas. La entrevista a los dos creadores de South Park, ex-alumnos del Instituto de Columbine fue lo que más me llamó la atención. De hecho, años atrás cuando recuerdo aquel primer visionado es esa entrevista y la de Marilyn Manson las que vienen a mi mente, entremezcladas con chavales escondidos bajo las mesas, tiros al aire, gritos, y un dedo acusador que apunta a un culpable: la sociedad americana
La polémica estaba servida. Una de las joyas del documental es el momento en el que una pedagoga declara que "el estrés que sufren los escolares norteamericanos en época de exámenes es equivalente al de los soldados en Irak".
La polemica estaba servida y a partir de ese momento estuvo unida al nombre de Michael Moore. Y es que Moore confunde crítica con polémica, grave confusión desde mi punto de vista. Con antecedentes como el cine Mondo italiano, Moore pretende vestir de crítica lo que no es otra cosa que sensacionalismo y polémica. Ver la realidad no nos gusta, nos gusta ver el morbo. Si los documentales Mondo eran sinceros en sus intenciones, en el caso de Bowling for Columbine es todo lo contrario. Se disfraza de crítica y sólo busca público, audiencia, dinero.

Polemiza, pero no hace una crítica real de una situación realmente preocupante. La culpa no era de Manson y sus estupidos paripes, ni de South Park y sus insolentes y maleducados monigotes, la culpa es de esa sociedad que presiona y que aparta y machaca. Vale. Muy bien. ¿Y que más? Nada. No hay más. Ah si!! Me olvidaba, hay un Oscar.

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